TEMAS ─ POR JOSE VICENTE G.

28.5.13

BIEN, HIJO MÍO, ES HORA DE IRNOS


Hoy en día hay un gran intercambio de archivos adjuntos dentro de los mensajes electrónicos; circulan con propósitos jocosos o porque, a juicio del remitente, la información o el material es interesante. Hace unos tres meses me llegó una presentación en PPS, conteniendo un cuento, anónimo por cierto; aunque, por su tonelaje, deduje que se trataba de una fábula derivada de alguna fuente de erudición filosófica. Dado que comparto el espíritu de su mensaje, aquí les quiero participar el dichoso cuento:

Un hombre murió intempestivamente… Al darse cuenta, vio que se acercaba Dios, quien llevaba una maleta consigo… y le dijo:

‒ Bien, hijo mío, es hora de irnos.

El hombre aterrorizado y asombrado le preguntó a Dios:

‒ ¿Ya?.. ¿Tan pronto?... Tenía muchos planes…

‒ Lo siento hijo… pero es el momento de tu partida.

‒ ¿Qué traes en esa maleta?

‒ Tus pertenencias…

‒ ¿Mis pertenencias?... ¿o sea mis cosas, mis ropas, mi dinero?

‒ Lo siento hijo, las cosas materiales que tenías en verdad nunca te pertenecieron… eran de la tierra…

‒ ¿Traes mis recuerdos?...

‒ Lo siento hijo, esos ya no vienen contigo; nunca te pertenecieron, eran del tiempo…

‒ ¿Traes mis talentos?...

‒ Lo siento hijo, pero esos nunca te pertenecieron, eran de las circunstancias…

‒ ¿Entonces traes a mis amigos y a mis familiares?...

‒ Lo siento hijo, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino…

‒ ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?...

‒ Lo siento hijo, ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón y tu corazón en este momento se está deteniendo…

‒ ¿Y entonces?... ¿traes mi cuerpo?...

‒ Lo siento hijo, ese nunca te perteneció, ese era del polvo…

‒ ¿Entonces traes mi alma?...

‒ Lo siento hijo, pero ella nunca fue tuya, era mía…

El hombre lleno de miedo y pavor, se ofuscó y bruscamente le arrebató a Dios la maleta. Y, al abrirla… …se dio cuenta que estaba vacía. Con copiosas lágrimas de desamparo brotando de sus ojos, el hombre, entre gimoteos y sollozos, le preguntó a Dios:

‒ Y aún con tanto que afanosamente trabajé y acumulé ¿nunca tuve nada?...

‒ Si, hijo mío, si tuviste… CADA UNO DE LOS MOMENTOS QUE VIVISTE FUERON TUYOS, SOLO TUYOS.

Moraleja:

La vida está hecha de momentos, todos tuyos, únicamente tuyos. Disfrútalos en su totalidad… Vive el ahora, vive tu vida; vive la valiosa oportunidad de tu presente. Y no te olvides de ser feliz. Y, siempre, recuerda que nada te llevarás.

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