TEMAS ─ POR JOSE VICENTE G.

21.5.13

¿QUIÉN QUIERE UN BILLETE DE 100 DÓLARES SI ESTÁ SUCIO?


Inicio aclarando que el siguiente texto no es inédito mío, no es de mi autoría (contiene, sí, algunos arreglitos que le inserté); pero, dado que la analogía aquí expuesta es muy aplicable a las personas, decido transcribir y compartir el contenido:

Un famoso expositor comenzó un seminario en una sala con 200 personas, tomando un billete –nuevo- de 100 dólares entre sus manos. Él preguntó:

“¿Quién de ustedes quiere este billete de 100 dólares?”

Todos levantaron la mano.

Entonces él les dijo:

“Daré este billete a uno de ustedes ahora al medio día; pero, primero, déjenme hacer esto…”

Seguidamente, procedió a arrugar el billete. Con sus manos lo arrugó bastante, y preguntó:

“¿Quién, así, todavía quiere este billete?”

Las manos -todas- volvieron a levantarse.

Y el expositor continuó:

“Ajá… Con que lo siguen queriendo; entonces ahora haré esto…”

Dejó caer el billete al piso y comenzó a pisarlo, a apisonarlo, zapatearlo y aplastarlo.

Después recogió el billete ya muy sucio de tanto pisoteo y, además, bastante arrugado. Y preguntó:

“¿Y ahora, así como quedó quién lo quiere?”

Todas las manos volvieron a levantarse.

Entonces, con el billete en la mano, caminó hasta una matera que adornaba el salón, sacó una pequeña cantidad de tierra, la humedeció con agua de un vaso, y fabricó un barro. Ese lodo se lo restregó al billete hasta hacerlo un asco.

Y se volvió a dirigir a los asistentes:

“¿Quién todavía, ahora, va a querer este billete…?”

Y todas las manos volvieron a ponerse en alto.

El expositor miró a la audiencia y les dijo:

“No importa lo que yo haga con este billete de dinero, por mucho que lo embadurne ustedes continuarán queriéndolo ¿verdad?. ¿Y saben por qué?... Eso es porque él NO PIERDE EL VALOR… Esta situación también pasa con nosotros. Muchas veces, en nuestras vidas, somos aplastados, pisoteados y sentimos que no tenemos importancia. Pero eso NO DEBE importar; JAMÁS PERDEREMOS NUESTRO VALOR, sucios o limpios, aplastados o enteros, gordos o flacos, altos o bajos, NADA DE ESO DEBE IMPORTAR!!! Nada de eso altera la importancia que tenemos… El valor de nuestras vidas no se da por nuestra apariencia externa ni por lo que aparentemos ser, sino por lo que creemos, por lo que discernimos, por lo que pensemos, por lo que sabemos y por lo que hacemos.

No hay comentarios: