TEMAS ─ POR JOSE VICENTE G.

31.12.15

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He tenido la oportunidad de vivir y de desenvolverme en diferentes comunidades, organizaciones y sociedades. Y, prácticamente, en todos los escenarios ─desde chico─ he notado un factor común en las relaciones interpersonales de los demás para conmigo, para con JOSÉ VICENTE GÓMEZ SANDOVAL (Chepe Gómez): Son relaciones interpersonales que se dan de dos principales clases, de tipo "A", o de tipo "Z". No he notado relaciones interpersonales intermedias... o son escasas.

Las personas que me ofrecen una relación tipo "A", me aprecian y, al parecer, algunas pocas (mis papás) hasta me admiran jejé. Las del tipo "Z", por el contrario, me ven con encono y, creo, me condenan y me abominan.

Ambas  ─"A" y "Z"─ las disfruto intensamente y me generan bastante goce.

Con las personas que se conectan conmigo mediante las relaciones tipo "A", suelo reír a borbollones, chancearme, intercambiar cariño y departir intensos momentos, incluso buenos traguitos, paseos, rumbas, nutridas comilonas y muchos abrazos.

Mientras que las personas del grupo "Z" se muestran indiferentes conmigo. Mi fino hocico me permite olfatear que a ellas, aunque tratan de disimularlo, les caigo mal, lo cual también me causa placer.

Y... ¿Por qué mi existencia les produce padecimiento y molestia a estas últimas, si jamás les he perjudicado ni agredido...?  No es porque me envidien bienes materiales ni solvencias económicas; pues, en mi caso particular pensar eso no aplicaría y no tendría mayor sentido. Mi observación, análisis y larga investigación al respecto, me ha permitido decantar y conocer que lo que en verdad les da enojo conmigo, es el notar en mi comportamiento y en mi estilo de vida algo que quisieran tener y que en verdad pudieran tenerlo; pero que, por pusilánimes, no lo consiguen, no son capaces:

¿Qué es lo que tengo, que a muchos les produce inquina y pelusa? Es lo siguiente... lo redacto en un solo párrafo:
"Indiferencia ante el qué dirán y, así, capacidad para ─en lo trascendental para mí─ proceder, en la gran mayoría de los casos, en concordancia con lo que mi cerebro y mi autenticidad en realidad dictan y quieren, sin incumbirme que mis actos estén bien o mal vistos por los demás. Cuidando, sí, que esta filosofía no sea razón para desligar honestidad y responsabilidades; y, desde luego, sin interferir en la vida o libertad de persona alguna ni, menos, causar quebranto o daño intencional a alguien. Conservando amabilidad hacia quienes la merezcan. No hay que desconocer que para esto se necesitan buenas dosis de autoestima y de valentía".
Así de sencillo. Y ─ojo─ esto no es una declaración presuntuosa ni, mucho menos, arrogante... para nada. Es solo una bien intencionada invitación a desprenderse del inmenso lastre que constituye para cualquier individuo, el darle alta importancia o peso al QUÉ DIRÁN. Esta invitación con gusto la complemento con un llamamiento a hacer filas en el selecto grupo de las personas que procuramos ser originales y, sobre todo, que hacemos lo que está a nuestro alcance por tener una vida auténtica y llena de pletóricos momentos en los que, genuinamente, hagamos y vivamos lo que en verdad nosotros queremos y deseamos; en lugar de esforzarnos en hacer lo que creemos que nos quedará bien desde el punto de vista de la posible evaluación de los demás... ¡Allá ellos, allá los demás, SU OPINIÓN NO IMPORTA!

Alguna vez el influyente cineasta neoyorquino, WOODY ALLEN, esgrimió una interesante frase que aplica bien citarla aquí en mi blog. Él dijo: "No conozco la clave del éxito, pero tengo muy clara la del fracaso, es atender al qué dirán y, en respuesta, tratar de complacer a todo el mundo".

Supongo que WOODY ALLEN cuando mencionó la palabra 'éxito' no se refería a la ganancia competitiva en los negocios, sino al 'éxito' como persona. Lo mismo con el concepto 'fracaso'.

Con la mejor de las intenciones,

JOSÉ VICENTE GÓMEZ SANDOVAL (CHEPE GÓMEZ)
http://www.facebook.com/gomezchepe



1 comentario:

ANDRES VIZCAYA dijo...

Saludos!!! Mi amigo tipo A!!! :)